9/23/2008

Vol. 444

Las apariencias engañan... cuantas veces hemos escuchados aquel probervio. Y la verdad es que no deja de tener razón, aquel probervio esta alimentado por los constantes prejuicios que de forma sistemática realizamos a cada segundo como seres humanos. Es algo netamente natural, siempre al observar a una persona por su vestimenta o apariencia la encasillamos dentro de un estereotipo, quizás no nos equivoquemos, pero la posibilidad de equivocarnos es la misma del acierto, lamentablemente no somos "adivinos", si lo fuéramos nos ganaríamos el loto cuantas veces queramos y vaya que sería tentador serlo... o no?? jaja. Uno al estar enfrentado ante una situación "nueva" inmediatamente recoje desde una "mochila" alojada en el subconsciente, clasifica la situación observada y la encasilla dentro de una clasificación, es un acto básicamente subconsciente, que realiza de una forma casi absolutamente inconsciente. No se puede sentir culpable por aquella situación, pero no deja ser cuestionable el clasificar y encasillar a una persona, solo con observarla a primera vista. Es a través de esta primera observación por la cual muchas personas creen conocer a las personas, pero imaginense el calibre de lo que estoy planteando... "conocer" a una persona... les aseguro que uno no se conoce ni siquiera a uno mismo, siendo que siempre en los "test's sicológicos" uno se conoce de las mil maravillas, pero les aseguro que en el fondo uno no se conoce como cree conocerse, la capacidad de asombro no se pierde jamás, por más que uno crea conocerla, y es ahí donde se genera la disyuntiva, en el creer en la idea de que me conozco, y pero aún en la idea de creer conocer que conoces a determinada persona. La palabra conocer implica un cuasi manual de predicciones con respecto a la personas que "conoces" y la verdad no pienso que exista tal manual, si lo existiera, que fome la vida, estaríamos condenados a un determinismo absoluto, racional e imbécil. Por que al fin y al cabo la razón es algo estúpido e ideal, nada más determinista, ambicioso y pretencioso que la razón, creer en la razón es creer en un ideal ingenuo y estúpido, pensar que la razón nos entrega las respuestas a cada pregunta que nos realizamos es tan utópico como el ideal marxista en un mundo neoliberal conservador.

1 comentario:

Kathiusk dijo...

Falta de inspiración?... o mucho carrete está impidiendo los momentos de reflexión? ja!...
Actualice poh mijito!

Saludos C.N.!